Química

Cocaína

Publicado por Ángeles Méndez

El arbusto (Erythroxylon coca) de la coca crece de manera natural en los Andes del Perú, a alturas entre los 500 y los 2000 metros por encima del nivel del mar. Los nativos de la zona, han masticado desde la antigüedad las hojas de dicha planta debido a sus efectos estimulantes y calmantes. Las hojas de la coca se han encontrado incluso en tumbas de la época anterior a los incas. Las hojas provocan una sensación de bienestar, tanto físico como mental, ayudando a agrandar la resistencia al dolor, de ahí que sean consumidas con normalidad por los nativos para sobrellevar las presiones de las grandes alturas a las que viven. Los indios, para consumirla, enrollan las hojas de coca y las frotan con cal apagada ([Ca (OH)2]), la cual hace que se liberen los alcaloides de la planta. El alcaloide puro extraído de las hojas de la coca es la cocaína. Las cantidades de cocaína que se consumen de esta manera son considerablemente pequeñas, y de hecho, posiblemente sin dicho estimulo nervioso, los nativos no podrían llevar a cabo sus tareas y su vida diaria a tales alturas. Sin embargo, dicho vicio les produce un deterioro físico-mental, lo que a veces desencadena en una muerte desagradable.

Un alcaloide puro tomado en grandes cantidades, es una droga que psicológicamente provoca dependencia, también conocida como toxicomanía. Fue Sigmund Freud el primero en hacer un estudio detallado de sustancias como la cocaína. Freud estaba impresionado de cómo dicha droga podía estimular el sistema nervioso central, hecho que lo llevó a su utilización para tratar a algún paciente con adicción a la morfina. A pesar de que dicho intento tuvo éxito, desgraciadamente dicho paciente se convirtió en el primer cocainómano que se conoce.

Otro caso conocido del uso de la cocaína en el pasado, es como ingrediente de la archiconocida Coca-Cola. A inicios de siglo, se obliga al fabricante de la bebida a prescindir de dicho ingrediente en la receta, y así, aunque aún hoy en día conserva el nombre, lógicamente ya no forma parte de la fórmula.

Sin embargo, uno de los usos más interesantes y revolucionarios de la cocaína fue como anestésico. El alcaloide puro de la cocaína se consiguió aislar por vez primera en 1962 por Niemann, un químico y farmacéutico alemán, el cual, compartía el gusto de los químicos de antaño a probarlo todo, siendo así como descubre que poseía un gusto amargo y daba una extraña sensación de adormecimiento de la lengua, a la cual casi insensibilizaba por completo.

En el año 1880, Von Anrep, comprobó que también la piel se entumecía, llegando a ser insensible a un pinchazo cuando se aplicaba cocaína de manera subcutánea. Así, tras fracasar estrepitosamente en sus intentos por ayudar a los morfinómanos, Freud y Karl Koller, su ayudante por aquel entonces, se centraron en los estudios de dichas propiedades anestésicas que se iniciaban a asociar a la cocaína. Fue muy útil en la cirugía ocular, pues el ojo realiza movimientos involuntarios que podían solucionarse con la cocaína como anestésico para facilitar la intervención. Koller pudo comprobar que bastaban tan sólo unas gotas de solución de cocaína para su uso como anestésico local. Como efecto secundario provocaba midriasis, es decir, superdilatación de la pupila, lo que en algunas cirugías era interesante.

Así pues, la capacidad que presentaba la cocaína para bloquear las señales que los nervios enviaban, sobretodo, las señales de dolor, se inició a usar en la medicina rápidamente, a pesar de la peligrosidad que suponía. Rápidamente también, se comenzó a extender su uso, al utilizarse no sólo en cirugías oculares, sino en odontología, y en la cirugía general, inyectándola directamente sobre los nervios que se querían debilitar.

Pasado poco tiempo desde el descubrimiento de la estructura química de la cocaína, los químicos iniciaron a buscar insistentemente un sustituto, ya que la cocaína presentaba demasiados inconvenientes como para ser utilizada como anestésico, producía efectos secundarios y alto riesgo de una toxicomanía aguda, a demás de tener altos efectos perjudiciales para el sistema nervioso central.

El primer sustituto sintético totalmente que se encontró fue la eucaína, sintetizada por Harries, en el año 1859, la cual conservaba muchas de las características estructurales esenciales que presentaba la cocaína como molécula. Así, el desarrollo que significo este nuevo anestésico, confirmó cual era la parte o porción molecular de la cocaína esencial para su función de anestésico. La eucaína presentaba las claras ventajas de no producir midriasis y no crear adicción, pero desgraciadamente, tenía un alto grado de toxicidad. A este estudio se sucedieron otros intentos, como en caso de la piperocaína, la cual poseía tan sólo una tercera parte de la toxicidad que presentaba la cocaína.

Sin embargo, el producto de origen sintético de mayor éxito por años fue la procaína, conocida comúnmente como novocaína (su nombre comercial), la cual presentaba tan sólo una cuarta parte de la toxicidad, lo que proporcionaba mayor seguridad.

La fórmula química de la cocaína es (2R, 3S)-3-benzoil-2-carboxil-oxitropano métil éster, lo que empíricamente podemos reducir a C17 H21 NO4. Existen dos formas químicas básicas para la cocaína, las sales y los cristales (forma libre no neutralizada).

La cocaína, además de sus usos históricos en consumo y medicina, es también conocida como la droga de las décadas de los 60,80 y 90, debido al uso popular en estos años. Sin embargo es totalmente ilegal.