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Fracturación hidráulica o fracking

Publicado por Ángeles Méndez

La fracturación hidráulica, también conocido como fracking en el mundo anglosajón, es un término que hace referencia a un tipo de extracción del gas natural y petróleo a partir de la fractura de la roca madre en el subsuelo. Para conseguir extraer el gas que se encuentra atrapado en las rocas, se usa una técnica de perforado mixto, donde en primer lugar se llega a perforar hasta unos 5000 metros verticales, y seguidamente se perforan de entre unos dos a cinco kilómetros en horizontal. Una vez perforado de este modo, se pasa a realizar una inyección de agua junto con arena en un porcentaje de un 98%, incluyendo ciertos aditivos químicos que forman el 2% restante, todo ello es inyectado a una gran presión.

Este proceso hace que la roca madre sufra una fractura y el gas acumulado en su interior se libere, ascendiendo hasta la superficie atravesando el pozo preparado para este fin. El procedimiento es repetido por toda la veta de la roca con un rico contenido en gas. Una parte de la mezcla que ha sido inyectada a la veta, suele retornar a la superficie, en un porcentaje que puede ir desde un 15 hasta un 85 %.

Años atrás, esta técnica se encontraba en funcionamiento en un 60% de los pozos de extracción que se utilizaban, pero debido a la crecida de los precios de los combustibles de tipo fósil, este tipo de técnicas se han hecho mas rentables económicamente hablando, por lo que han aumentado su uso con respecto a otros métodos.

Métodos similares consistentes en la extracción de producto a través de inyecciones en la piedra, se realizaban ya por el 1860, en Norteamérica, pero aquellas técnicas empleaban nitroglicerina. En años posteriores se cambiaron los productos explosivos por ácidos, pero fue en 1949 cuando por vez primera se emplea agua en la inyección. Al agua se le mezclaba arena, con la finalidad de que al cesar el bombeo de agua no se cerrasen las grietas, y los aditivos añadidos, son sustancias químicas que harán que el gas o el petróleo no se vean contaminados en su viaje hacia el exterior.

Estados Unidos fue el país que utilizó por vez primera la técnica de la fracturación hidráulica, y es por ello que se toma como un referente para conocer y estudiar los posibles efectos negativos en el medio ambiente que este procedimiento pudiese generar. Aunque se han hecho numerosos estudios y acusaciones, el principal peligro es la emisión hacia la atmósfera de contaminación, así como la contaminación posible de aguas del subterráneo por algunas fugas de los fluidos del proceso, además de vertidos sin control de aguas con residuos al exterior. Los fluidos y las aguas procedentes de la fracturación hidráulica pueden contener sustancias que sean peligrosas, y trazas de metales pesados o incluso radiación del subsuelo, por lo que son procesos que deben tener un exhaustivo control. Incluso cerca de los pozos de extracción, se han detectado contaminaciones en las aguas subterráneas a base de metano, o cloruro potásico, lo que produce, en las aguas potables, alta salinización.

Cada país tiene su reglamento acerca de estos procedimientos, pero existe una gran controversia acerca de los efectos que provocan estas técnicas, pues también se sabe que aumenta la cantidad de terremotos, y los productos aditivos químicos pueden contaminar el suelo y los acuíferos naturales que se encuentran subterráneos. Numerosos estudios han demostrado que los seísmos provocados por estos métodos son de muy baja magnitud y que la contaminación puede ser controlada si se realiza un procedimiento correcto y controlado, por lo cual sigue siendo una práctica factible y altamente usada en la actualidad.