Química

La lluvia ácida

Publicado por Ángeles Méndez

La lluvia ácida es un efecto regional de la contaminación, siendo actualmente uno de los más preocupantes junto con el agujero de la capa de ozono.

La lluvia no contaminada posee un pH mínimamente ácido, concretamente sería 5,6 a unos 15ºC. Dicha lluvia puede arrastrar iones de hidrógeno que cambian su pH por debajo de 5,6, así a la lluvia se le añade el sufijo “ácida”, que caracterizará a este tipo de precipitaciones. Se forma debido a que la humedad del aire se combina con óxidos (de nitrógeno y azufre), emitidos por las industrias, las centrales eléctricas, automóviles y productos procedentes del petróleo. Cuando llueve, dichas sustancias convertidas en ácido sulfúrico y ácido nítrico, caen junto al agua de lluvia, formando la lluvia ácida.

El nombre de “lluvia ácida”, es cada vez más temido, sobretodo por la frecuencia y extensiones en las que se presenta, así como por los efectos negativos que causa, generalmente en amplias zonas muy distantes de los focos emisores de la contaminación.

Los agentes causantes de la lluvia ácida:

La acidez de la lluvia es debida a la emisión relativa de SO2 y NOx, de las centrales térmicas y de los automóviles. Dichos productos interactúan con la luz solar, la humedad y los oxidantes atmosféricos (generalmente radicales hidroxilos, OH^-), dando como productos ácido sulfúrico y ácido nítrico (también en menor proporción, ácido clorhídrico y ácidos orgánicos). Estos contaminantes, de tipo secundario, pueden permanecer varios días en la atmósfera, pudiendo ser transportados, produciéndose entonces una contaminación transfronteriza, cayendo al suelo en forma de lluvia ácida. La deposición puede ser también de tipo seco, siendo ésta tan dañina como la húmeda.

El transporte de la lluvia ácida está condicionada por la circulación atmosférica, y puede verse frenada por los cationes tipo Na^+, Ca^2+, K^+, Mg^2+, y también NH4^+, que básicamente proceden de la evaporación en los océanos. Es por esto que la lluvia ácida se transporta casi siempre en el mismo continente y se ve frenada en los océanos. Las altas chimeneas que se utilizan con el fin de evitar la contaminación local, proyectan los contaminantes a niveles donde pueden ser fácilmente transportados por el viento en regiones y países distintos de los de origen.

Formación:

Parte del dióxido de azufre que se emite a la atmósfera procede de emisiones de la naturaleza, concretamente de los volcanes. El resto del dióxido de azufre procede de la industria metalúrgica.

El SO2 que se genera en esta industria, se encuentra en fase gaseosa oxidándose con el radical hidroxilo a través de la reacción:

SO2 + OH-  → HOSO2- , seguidamente : HOSO2- + O2 → HO2- + SO3

Cuando se encuentra presente el agua atmosférica o se encuentra sobre áreas humedecidas, el SO3 se convierte en ácido sulfúrico.

SO3(g) + H2O(l) → H2SO4 (l)

Regiones afectadas por la lluvia ácida:

Las lluvias ácidas que tienen un pH de 4.2 o incluso menos, se concentran especialmente en dos regiones: la zona próxima de Nueva York, y en el núcleo compuesto por los Países Bajos, Alemania y Dinamarca. Se puede observar que las emisiones que producen ciertos países pueden ser las causantes de daños en otros países, resultando compleja la delimitación de los contaminantes propios, e aquellos que han sido importados en las masas de aire a través de las fronteras.

Como la circulación que predomina de la circulación atmosférica es de oeste a este, se podría esperar que los efectos negativos de la contaminación se vean más bien al este de las áreas donde se provocan las emisiones. En EEUU, la acidez en la lluvia es creciente a medida que nos acercamos al este. En cambio, las emisiones que provocan acidez en las zonas anteriormente dichas de Europa, proceden del Reino Unido.

Los efectos de la lluvia ácida son fácilmente visibles sobre los materiales de construcción, pues ésta corroe los metales y ataca a la piedra de edificios y monumentos. Sus efectos fuera de las ciudades son muy importantes, así:

  • Sobre las plantas superiores, pues deteriora la cutícula de las hojas causando un daño que es irreversible, que se ve incrementado por la pérdida de nutrientes del suelo, también a causa de la lluvia. Aunque la reacción de la lluvia ácida y el deterioro de los bosques no es unívoca, es a ella a la que se le achaca el declive considerable de los bosques escandinavos, estadounidense, Apalaches, Selva Negra, etc.
  • En los lagos y aguas dulces provoca acidificación de las aguas, dañando gravemente a muchos seres acuáticos que no toleran el descenso de pH, provocando incluso la desaparición de ellos. También a los animales acuáticos provoca asfixia debido al aumento de CO2 disuelto en agua.
  • Provoca acidificación en los suelos, especialmente sobre los suelos pobres en calcio y bases, como por ejemplo los suelos silíceos ( ejemplo: granito)