Ácidos grasos omega 6
Los ácidos grasos omega-6, son al igual que los conocidos omega-3, un tipo de ácidos grasos insaturados esenciales, que en este caso se encuentran presentes en la grasa de ciertos alimentos muy variados o en animales (en sus pieles). Los niveles que ingerimos de este tipo de ácidos grasos deben encontrarse en equilibrio con la ingesta de omega-3, pues de tomar en exceso con respecto a ω3, existiría un alto riesgo de padecer diferentes enfermedades. Son ácidos esenciales y beneficiosos para nuestro organismo pero deben encontrarse en todo momento en un correcto equilibrio proporcional con respecto a los ácidos grasos omega-3, pues de lo contrario podrían llegar a causar daños.
En la actualidad, las dietas que se siguen cuentan por lo general con una proporción de 10 a 1 (10:1) de ácidos grasos omega-6 con respecto a omega-3, algunas dietas incluso con una diferencia muy superior, con los riesgos que esto comporta. La proporción ideal sería de 4:1 o inferior. Una alta concentración y un elevado consumo se encuentra estrechamente asociado con problemas de corazón, osteoporosis, cáncer, problemas de sobrepeso, problemas psíquicos, problemas en articulaciones, etc. Así la gran parte de las medicinas actuales que tratan las enfermedades y afecciones mencionadas se basan en controlar o contrarrestar los efectos producidos por este tipo de ácidos grasos.
Además, los ácidos grasos omega-6 juegan un papel importante en la función cerebral y el crecimiento y desarrollo normal. Ayudan a estimular el crecimiento de la piel y el cabello, mantienen la salud ósea, regulan el metabolismo y mantienen el sistema reproductivo en buen estado.
Químicamente, los ácidos grasos omega-6, son uno de los tipos de ácidos grasos insaturados, debido a que poseen dobles enlaces en las estructuras de las cadenas carbonadas que los constituyen, en este caso, el primero de los dobles enlaces que aparece en la cadena se encuentra situado en la posición 6 y de ahí su nombre. Metabolicamente, existen diversas funciones en nuestro organismo que utiliza los ácidos grasos, suelen requerir estructuras con cadenas largas, de manera que los ácidos grasos omega-6 que tienen unos 18 carbonos y un simple enlace, son alargados hasta cadenas de 20 carbonos, que contarán con cuatro enlaces de tipo doble, como ocurre con el ácido araquidónico, o también cadenas formadas por 22 carbonos, con 6 enlaces tipo doble en este caso, como puede ser el caso del ácido docosahexaenoico.
Existen diferentes tipos de ácidos grasos omega-6, siendo el más corto como cadena carbonada el ácido linoleico, un ácido esencial para nuestro organismo, que cuenta con una cadena de 18 carbonos con dos dobles enlaces. Partiendo del ácido linoleico, se pueden llegar a sintetizar algunos otros como puede ser el araquidónico y el ácido γ-linoleico, por lo que se dice que es realmente esencial.
Los ácidos grasos omega-6 de origen vegetal suelen ser altamente ricos en linoleico y γ-linoleico. Partiendo de estos, se consiguen formar las prostaglandinas, las cuales tienen una función esencial en el papel antiinflamatorio. Estos ácidos grasos consiguen hacer más fluid la sangre lo que hace que baje el posible riesgo a sufrir trombosis, haciendo mejor la circulación sanguínea y por lo tanto, mejoran la capacidad cardiovascular.
En cuanto a los ácidos grasos omega-6 con origen animal, suelen presentarse como ácido graso araquidónico, el cual es precursor de otro tipo de prostaglandinas, concretamente la serie 2, que llamaremos “malas”, pues tienen el efecto totalmente opuesto a las que cuentan con un origen vegetal, incrementando los efectos inflamatorios y provocando coagulación en la sangre. Estos ácidos grasos no es que sean malos en sí, pues tienen funciones importantes, pero no hay que ingerirlos en exceso.
La dieta occidental tiene una proporción elevada y desproporcionada de omega-6 con respecto a omega-3, debido en parte a la aparición de estos en los alimentos elaborados y precocinados. Estos se encuentran en algunos frutos secos, cereales, harinas integrales, aceite vegetal, aguacates, huevos, algunas aves, además de en las grasas de origen animal y vegetal, etc. Por lo cual, una vez más comprobamos los beneficios de llevar una dieta equilibrada.
Es importante destacar que no todos los alimentos que contienen omega-6 son iguales. Algunos alimentos, como los aceites vegetales procesados, pueden tener un alto contenido de omega-6 pero también pueden estar llenos de grasas trans y otros ingredientes poco saludables. Por otro lado, los alimentos integrales y sin procesar que son ricos en omega-6, como las nueces y las semillas, también contienen una gran cantidad de otros nutrientes beneficiosos, como fibra, proteínas y varios compuestos vegetales beneficiosos. Por lo tanto, es importante centrarse en la calidad general de la dieta y no solo en el contenido de omega-6.