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Disolución acuosa

Publicado por Mónica González

La disolución acuosa es el proceso que involucra dos disolventes y se llama terminantemente de esta forma, cuando el mayor componente es el agua. Este proceso es de gran importancia en la naturaleza y también en la química, ya sea industrial o la química diaria o química de la vida, como se le suele llamar.

El agua es denominada el disolvente del milenio, debido a la gran cantidad de componentes que pueden ser disueltos en ella y a su gran capacidad de mezcla. Los compuestos más solubles en agua son aquellos del grupo iónico, tales como el cloruro de sodio, y por otro lado, los menos solubles son los del grupo de covalentes, como los metales insolubles.

Los tipos de disolución acuosa se clasifican de acuerdo al tamaño del soluto que se va a combinar con el agua. Un proceso que se da durante la disolución es la dispersión, que se define como la interposición mecánica de las partículas.

Las sales, como ya lo mencionamos antes, son un compuesto iónico que es de fácil disolución con el agua. Esta disolución, debido a la carga dieléctrica constante y elevada que contienen las sales, transforman a la solución en una solución conductora. Esto se genera cuando la sal iónica entra en contacto con las moléculas de agua, que rodean a los iones más superficiales. Cuando se genera esta disolución, la solución puede ser incolora o tener color, pero va a ser siempre transparente.

La disolución correcta, es aquella en la que el soluto se mezcla uniformemente con el agua, es decir, se disuelve bien. En caso de que sea un soluto sólido, estaremos ante un proceso mucho más complejo y lento. En cuanto a la disolución de sales, la más común, como ya lo hemos aclarado varias veces, es un proceso corto que tiene tres etapas. En las dos primeras, se separan los iones del soluto y las moléculas del disolvente, que absorben energía y forman un proceso endotérmico. En la tercera y última etapa se produce la interacción entre el disolvente y el soluto, y esto responde a un proceso exotérmico, es decir, libera energía en lugar de absorberla.

Por último, algo que debemos tener en cuenta es la solubilidad de un componente, es decir la capacidad de disolución e interacción que tiene. Cuando no se logra una correcta disolución, que puede pasar cuando agregamos mayor cantidad de soluto que de disolvente, hablamos de una disolución saturada, ya que no se logra la interacción esperada entre los dos componentes.