Estaño
El estaño, se representa por las letras Sn, es un elemento químico que cuenta con un número atómico de 50. Al igual que otros elementos como el germanio, el estaño pertenece al grupo 14 en la tabla periódica de los elementos. El principal mineral del cual se extrae (mena) el estaño es la casiterita. Existen unos 10 isótopos de este elemento.
El estaño es considerado un metal, de apariencia brillante y color gris plata. Es un elemento al cual no es fácil de oxidar, y además resiste la corrosión, lo que lo hace un metal útil para muchas circunstancias. Además se encuentra participando en numerosas aleaciones con otros metales, o recubriendo éstos, con la finalidad de protegerlos, sobretodo frente a la corrosión. Una de las características más significativas del estaño es que puede sufrir lo que se conoce como “peste del estaño”, un particular fenómeno o enfermedad, mediante la cual el metal cambia a un color grisáceo y crece en volumen, a menudo se desquebraja, llegando a convertirse en polvo. Esta “enfermedad” puede contagiar a otros metales. Otra curiosa característica es la conocida como” grito del estaño”, un crujir que se siente al doblar el metal debido a su composición cristalina.
El estaño en estado puro posee dos formas alotrópicas, el estaño gris y blanco. El estaño gris, posee una estructura en forma de cubo, siendo bastante estable cuando se encuentra a temperaturas más baja de los 13ºC. Es bastante frágil, suele presentarse en forma de polvo. Por otro lado, la forma alotrópica de estaño blanco, es metálico normal, con buena conductividad eléctrica, y estable cuando se encuentra en temperaturas más altas de 13ºC. La estructura que presenta es de tipo tetragonal.
El estaño tiene muchos usos diferentes. Suele ser usado como protector de otros metales como pueden ser el cobre o el hierro. También se une a la composición del vidrio para mitigar la fragilidad de éste. El estaño forma múltiples compuestos que vienen utilizados en la industria de los fungicidas, en tinturas y pigmentos, pasta de dientes (compuesto SnF2), etc. Se utiliza en diferentes aleaciones, como la del estaño junto al cobre, que da lugar al conocido bronce, o en las aleaciones de estaño con plomo, muy útil en las soldaduras. También se encuentra presente en la cerámica, para los esmaltes que cubren este material. El estaño aumentó su utilización, cuando empezó a usarse para sustituir el uso del plomo, sobretodo en la industria de la alimentación, donde se utiliza en los tapones de vino (cápsula sobre el tapón) o en los enlatados.
El estaño como elemento químico comenzó a usarse en torno al año 3000 a.C., a modo de aleaciones con el cobre para la fabricación del bronce, hecho que dio lugar a la aparición de lo que se conoce como Edad de Bronce. Este nuevo metal, se usó para fabricar todo tipo de utensilios y armas, sustituyendo así a la piedra, lo que aumentó el comercio, todo esto no habría sido posible de no ser por el elemento químico, estaño.
El estaño se consigue partiendo del mineral casiterita, donde se obtiene a modo de óxido. El mineral se tritura y se aumenta su riqueza en dióxido de estaño a partir de la floración, seguidamente sufre un proceso de tostación, calentado con combustible coque en un horno especial, con el fin de conseguir obtener el metal de estaño. A las aleaciones en las que participa el estaño, también se las conoce como metales blancos. Estas generalmente se producen con cobre, plomo o antimonio.
El estaño a pesar de sus usos, no se encuentra exento de toxicidad, generalmente como átomo o molecular no es tóxico, pero en su forma orgánica si. Los compuestos orgánicos del estaño pueden permanecer en el medio ambiente por periodos largos de tiempo, no siendo muy biodegradable, pudiendo dispersarse por el medio ambiente acuático, ecosistema al cual hace mucho daño.