Concepto de solubilidad
La solubilidad es capacidad que posee una sustancia para poder disolverse en otra. Dicha capacidad puede ser expresada en moles por litro, gramos por litro o también en porcentaje del soluto.
Generalmente, para hacer que el soluto se disuelva se suele calentar la muestra, de este modo, la sustancia disuelta se conoce como soluto y la sustancia donde se disuelve el soluto se conoce como disolvente.
Para todas las sustancias no valen los mismos disolventes, pues por ejemplo, en el caso del agua usada como disolvente, es útil para el alcohol o la sal, los cuales se disuelven en ella fácilmente, en cambio, no se disuelven en ella el aceite, o la gasolina.
Los caracteres, polar o apolar, son de gran importancia en la solubilidad, pues gracias a estos, las sustancias variarán sus solubilidades.
Los compuestos que poseen menor solubilidad, son los que tienen menor reactividad, como por ejemplo, las parafinas, compuestos aromáticos, o compuestos derivados de los halógenos.
El concepto de solubilidad, se utiliza tanto para describir fenómenos cualitativos de los procesos de disolución, como también para expresar de manera cuantitativa la concentración de una solución.
La solubilidad de una sustancia es dependiente de la naturaleza, tanto del soluto como del disolvente, así como también de la temperatura y presión a la que esté sometido el sistema. La interacción de las moléculas del disolvente con las del soluto, para conseguir formar agregados se conocen como solvatación, pero si el disolvente es agua, a este proceso se conocerá como hidratación.
La solubilidad se ve afectada por diferentes factores, y ésta viene determinada por el equilibrio de las fuerzas internas que existen entre los disolvente y los solutos. La temperatura o la presión, son factores, que al romper el equilibrio, afectan a la solubilidad.
En gran parte, la solubilidad depende de la presencia de otras sustancias que se encuentran disueltas en el disolvente, y también de la cantidad en exceso o defecto de un ion común en la solución, así como también dependerá, pero en menor medida, de la fuerza iónica de cada solución.
La temperatura, es uno de los factores que influye en la solubilidad, así, para muchos sólidos que se encuentran disueltos en agua, la solubilidad aumenta al verse también aumentada la temperatura hasta los 100ºC. Sometidos a altas temperaturas, la solubilidad de los solutos iónicos, se ven disminuidos debido a que las propiedades cambian y el agua se convierte en menos polar, al reducirse la constante dieléctrica.
Sin embargo, los solutos en estado gaseoso, muestran un comportamiento algo complejo frente a la temperatura, pues al elevarse la temperatura, los gases tienen a volverse menos solubles ( en agua), pero si más solubles en disolventes de carácter orgánicos.
Así, en los compuestos orgánicos, la solubilidad, generalmente aumenta con la temperatura.
La solubilidad de los compuestos iónicos es algo compleja, pues en ella interviene más factores. En la práctica es bueno saber algunas reglas para determinar la solubilidad o también, la insolubilidad de las sustancias iónicas en la disolución acuosa.
Las reglas, obtenidas experimentalmente, hacen que las sustancias se puedan clasificar en: Solubles, ligeramente solubles, o insolubles.
- Solubles: Son las sustancias con una solubilidad superior a 0.02 moles de soluto por litro de disolución
- Ligeramente insolubles: son las sustancias que tienen una solubilidad aproximada de 0.02 moles por litro.
- Insolubles: Son las sustancias que no llegan a tener una solubilidad de 0.02 moles por litros, pero dado que esta solubilidad no es del todo nula, se suele conocer con el nombre de poco solubles.