Química

Formaldehído

Publicado por Ángeles Méndez

El formaldehído es el aldehído más sencillo que se conoce. Recibe diversos nombres, entre los que destacan por su uso, el formol o metanal, entre otros. El formaldehído se encuentra encabezando la serie de los aldehídos de tipo alifático.

Su fórmula, contenedora de un doble enlace, tiene la forma H2C=O. Se trata de un compuesto químico bastante volátil e inflamable, que en condiciones normales se encuentra en estado gaseoso, es incoloro y posee puntos de fusión y ebullición negativos en la escala Celsius, siendo de -92ºC y -21ºC, respectivamente. Su olor es molesto. Otra de sus características más notables, es la alta solubilidad que presenta, tanto en agua como en éter. Así el formol se obtiene cuando se encuentra el formaldehído disuelto en agua en torno a un 40%.

El formaldehído debido a su amplia utilización, se puede decir que es uno de las sustancias químicas de mayor importancia en la actualidad, contando con numerosas aplicaciones.

El formaldehído sintetizado por vez primera por el científico de nacionalidad rusa, Butlerov, en torno al año 1859, cuando intentaba preparar otros compuestos, pero a quién se atribuye su descubrimiento es al científico químico J. Alchaer.

Generalmente, el aldehído se consigue al oxidar catalíticamente al metanol, u otros hidrocarburos de tipo alifático. El formaldehído como ya hemos mencionado, se encuentra en estado gaseoso en condiciones normales, por lo que no es de sencillo manejo, es por ello que comercialmente se encuentra presentado en solución de tipo acuosa.

Industrialmente, su síntesis se encuentra basada en la oxidación del metanol, como ya hemos citado, o también con el cambio del alcohol metílico en hidrógeno de tipo elemental, en presencia de un catalizador, generalmente de plata. Además, ciertas cantidades de metanal son desprendidas de la combustión de diferentes sustancias orgánicas e inorgánicas, cuando dicha combustión se realiza de manera incompleta. Dichas sustancias pueden ser plásticos y otra serie de polímeros. También es destacable la notable cantidad de formaldehído presente en el humo de los cigarrillos.

El formaldehído, es una sustancia química muy reactiva, la cual puede polimerarse de manera extremadamente fácil, dando lugar a polímeros de tipo insoluble que hacen que las soluciones acuosas presenten un aspecto viscoso y translúcido. Debido a éste hecho, a dichas soluciones se les debe de añadir sustancias estabilizadoras.

Debido a que el formaldehído suele tratarse a menudo como forma de solución, el sistema formado por el agua y el metanal es de gran importancia, pues se basan en una mezcla en perfecto equilibrio. Aun así, si observamos el espectro de dicha mezcla, se refleja la existencia de ciertas cantidades de monómero sin hidratar, a ciertas temperaturas y concentraciones. Huelga decir, que dicho equilibrio es altamente dependiente de la concentración en la que se encuentre, así como también, la temperatura a la que se halle. La velocidad de llegar al equilibrio es más lenta después de un cambio de dichas variables, sobretodo cuanto menor sea la temperatura de la mezcla.

La solución de formaldehído puede tender a precipitarse, es por lo que, cuando la solución se encuentra concentrada en mayor cantidad de un 30% de aldehído, se conserva en caliente. Si añadimos algunos alcoholes, como puede ser el caso del metanol, la solución aumentará su estabilidad, debido a la aparición de hemiacetales.

El formaldehído presenta diversas y numerosas aplicaciones. Ya desde la antigüedad, venía utilizado como desinfectante la mezcla de agua y formaldehído a un concentración superior a 30%. Hoy en día se usa para la fabricación de numerosos productos de la química industrial, así como medicamentos, etc. Es muy usado para conservar restos, o muestras de origen e interés biológico, así como para mantener los cadáveres en estado fresco.

Otro uso, más comercial, es la fabricación de productos textiles, y tejidos carentes de arrugas, llegando a contener altas concentraciones de aldehído; en la actualidad, si dicha cantidad de aldehído en un tejido es superior al 0.15% del peso total de la prenda, esto deberá verse reflejado en la etiqueta del producto, pues es aconsejable proceder a un lavado previo uso de la prenda, ya que puede ser tóxico al combinarse con ciertos aniones libres.

Aun hoy en sí se sigue apareciendo metanal en la composición química de algunos productos usuales en el mundo de la cosmética y la higiene personal.

Además de las aplicaciones ya mencionadas, el formaldehído también se utiliza en la producción de resinas de urea-formaldehído y fenol-formaldehído, que son ampliamente utilizadas en la industria de la construcción y la fabricación de muebles. Estas resinas se utilizan como adhesivos y recubrimientos debido a su alta resistencia a la humedad, al calor y a los productos químicos.

El formaldehído también se utiliza en la industria textil para impartir resistencia a las arrugas y a la contracción a los tejidos. En la industria del papel, se utiliza para mejorar la resistencia al agua y la resistencia al desgarro del papel. En la industria de la fotografía, se utiliza como agente reductor en el revelado de fotografías.

Es importante mencionar que la exposición prolongada al formaldehído puede ser perjudicial para la salud. Puede causar irritación en los ojos, la nariz y la garganta, así como dificultad para respirar y alergias cutáneas. En concentraciones muy altas, puede ser tóxico y potencialmente cancerígeno. Por lo tanto, es esencial manejarlo con precaución y utilizar equipo de protección adecuado al trabajar con él.

En cuanto a su impacto ambiental, el formaldehído puede contribuir a la contaminación del aire y del agua. Se libera al aire durante la combustión de combustibles fósiles y madera, así como durante la fabricación y el uso de productos que contienen formaldehído. En el agua, puede ser tóxico para la vida acuática. Por lo tanto, es importante gestionar adecuadamente su uso y disposición para minimizar su impacto en el medio ambiente.