Fisión nuclear
La fisión nuclear hace referencia a una reacción de tipo nuclear, lo cual significa que ocurre en el núcleo del átomo. La fisión tiene lugar cuando un núcleo pesado se parte en dos o más núcleos de menor tamaño, junto con subproductos a modo de neutrones, fotones, partículas alfa, etc.
La fisión nuclear en núcleos pesados es un procedimiento de tipo exotérmico, es decir, que libera ciertas cantidades de energía. Dicho proceso libera una gran cantidad de energía si lo comparamos con las reacciones químicas comunes, donde se encuentran implicadas las cortezas electrónicas, así la energía se emite como radiación gamma, así como en forma de energía cinética por los pedazos de la fisión, los cuales harán que la materia que hay alrededor del espacio donde se produce la fisión, se caliente.
La fisión puede inducirse a partir de diferentes métodos, donde se incluye el bombardeo del núcleo de un átomo con una partícula adecuada para ello. En este proceso se genera un neutrón libre, el cual viene absorbido por el núcleo, lo que hace que se torne inestable, partiéndose en trozos.
Los núcleos atómicos que se utilizan como productos de fisión, pueden ser varios y diferentes elementos químicos. Los elementos dados quedan en manos del azar, pero si hacemos uso de la estadística, lo más probable será encontrar núcleos que posean la mitad de los protones y neutrones que tenía el átomo original que ha sido fisionado. Los productos que produce la fisión nuclear, por lo general son bastante radiactivos, además de ser isótopos no estables, lo que hace que decaigan y se desintegren.
La fisión nuclear tiene una amplia gama de aplicaciones, siendo la más conocida la generación de energía en las centrales nucleares. En estas instalaciones, la fisión nuclear se utiliza para generar calor, que a su vez se utiliza para producir vapor y alimentar turbinas que generan electricidad. La fisión nuclear también se utiliza en la propulsión de submarinos y buques de guerra, donde la densidad de energía que proporciona es una ventaja significativa.
Además de su uso en la generación de energía, la fisión nuclear también tiene aplicaciones en medicina, en particular en el tratamiento del cáncer. Los isótopos radiactivos producidos por la fisión nuclear se utilizan en la radioterapia para destruir células cancerosas. También se utilizan en la imagenología médica para ayudar en el diagnóstico de diversas condiciones.
La mayor parte de los estudios que tratan la fisión nuclear, hablan de la fisión fría, los cuales se encuentran basados en la repartición de masa y energía cinética de los pedazos de la fisión, pero dicha repartición se encuentra disturbada por la emisión de neutrones a través de los fragmentos antes de que estos lleguen a los detectores.
A pesar de tener muy poca probabilidad, en los estudios se han detectado procesos de fisión fría, o lo que es lo mismo, fragmentos con una energía tan baja de excitación que no se emiten neutrones. Sin embargo, incluso en casos como el mencionado, se continúa viendo ruptura de pares de nucleones, que se hace presente con igual probabilidad de conseguir fragmentos, ya sean números pares o impares de nucleones. Los resultados de los estudios permiten conocer mejor el método de fisión nuclear hasta llegar al punto antes de que desaparezca la fuerza nuclear de los fragmentos, o ésta baje.
La fisión nuclear fue descubierta o estudiada por vez primera por Otto Hahn, Lise Meitner y Fritz Strassmann, en el año 1938, lo que hizo que les otorgaran el premio Nobel en el año 1944. La fisión nuclear se encuentra dentro de los campos de la química y la física.
La fisión nuclear puede decirse que es básicamente la desintegración de la materia radiactiva, con frecuencia iniciada a través de la inducción, es decir, la absorción de un neutrón libre por ejemplo, aunque también puede producirse al lanzar cosas contra el núcleo, como puede ser el caso de protones, núcleos, fotones, etc.
Cuanto mayor peso posea el elemento que tratemos, mayor será la facilidad para fisionarlo. Los elementos más utilizados son el uranio y el plutonio, uno por su alto peso, y el otro por la facilidad de desintegración espontánea que presenta, así como su limitada vida media. Sin embargo, también se están explorando otros elementos para su uso en la fisión nuclear, como el torio, que tiene el potencial de ser una fuente de energía nuclear más segura y sostenible.