Química
Inicio metalurgia, Química Inorgánica Propiedades químicas del cobre

Propiedades químicas del cobre

Publicado por Ángeles Méndez

El cobre, es un elemento químico de número atómico 29, cuyo símbolo es Cu. Es un metal de transición que forma la conocida como, familia del cobre, junto con otros metales muy conocidos como son la plata y el oro. Posee un característico color rojizo y brillo de metal, siendo famoso por ser uno de los mejores conductores eléctricos existentes, después de la plata. Es ampliamente utilizado gracias a sus propiedades de conductividad eléctrica, así como su maleabilidad y ductilidad, formando parte de los cables eléctricos y muchos otros componentes de gran uso cotidiano en nuestra sociedad.

El cobre se encuentra formando parte de una enorme cantidad de aleaciones, consiguiendo la mejora de las propiedades, sobretodo, las propiedades mecánicas de dichas aleaciones. Las aleaciones más populares son las llamadas de bronces y latones. El cobre es un metal longevo, de larga duración pues incluso se puede reciclar cuantas veces se precise sin que vea disminuidas sus propiedades, lo que lo convierte en un material de uso muy interesante y conveniente.

Cabe destacar que el cobre fue uno de los primeros metales utilizados por el hombre, llegando incluso a dar nombre a una Edad histórica, la Edad de Cobre. Hubo un periodo en el cual el cobre perdió importancia con la llegada de la siderurgia, aunque siempre siguió usándose en diversos objetos como las monedas. Sin embargo, a partir del siglo XIX, el cobre volvió a estar en auge, al convertirse en un metal considerado estratégico como materia prima para innumerables aleaciones e instalaciones de tipo eléctrico.

El cobre también es importante pues participa en la formación de los glóbulos rojos, considerándose como un oligoelemento esencial para el ser humano. También participa en la fotosíntesis de las plantas.

El cobre es el metal más utilizado del mundo detrás del hierro y el aluminio.

En la gran mayoría de los compuestos del cobre, éste presenta una serie de estados de oxidación generalmente bajos, aunque en su mayor parte posee un número de oxidación de +2.

Cuando se expone al aire, su color característico, rojizo salmón, torna violáceo debido a la formación de un óxido, concretamente el óxido cuproso, que seguidamente torna oscuro, formándose así el óxido cúprico. El color azul del cobre se suele deber a la formación del ión [Cu (OH2)6] ^+2.

Cuando el cobre se ve expuesto por un largo tiempo al aire y la humedad, se observa la formación de una capa impermeable de carbonato cúprico ( o carbonato básico), el cual confiere el característico color verde, que vemos en innumerables fachadas o monumentos, el cual es venenoso. También existe la posibilidad de que se forme otro compuesto venenoso, conocido como pátinas de cardenillo, que se trata de una mezcla de diferentes acetatos que poseen un color verde o a veces azul, que se ve formado cuando los óxidos de cobre reaccionan con el ácido acético ( vinagre).

Así, cuando usamos en la cocina instrumentos de cobre para cocinar alimentos, es necesario tener cuidado para evitar intoxicaciones no deseadas debido al cardenillo que, aunque tienen un desagradable sabor, éste puede ser escondido por el sabor de los alimentos, sin que nos demos cuenta de su ingesta. El cardenillo es también conocido como, verdín o verdigris.

El cobre es fácilmente atacado por los elementos halógenos, sobretodo cuando hay presencia de humedad. Cuando no la hay, el cloro y el bromo no le provocan efecto alguno, y elementos como el flúor, sólo atacan al cobre cuando estos se encuentran en temperaturas altas de unos 500ºC.

Los cloruros cuproso y cúprico, se combinan con el oxígeno cuando hay humedad, provocando la formación de ácido clorhídrico, que provoca manchas suaves de color verdosas y con textura polvorienta, que no llegan a fijarse en la superficie de los objetos pero que producen más cloruros de cobre, consiguiendo que se inicie así un nuevo proceso o ciclo de erosión.

El cobre es atacado también por los ácidos oxácidos, por lo que éstos suelen ser utilizados como abrillantadores o decapantes ( en el caso del ácido sulfúrico). El ácido sulfúrico consigue reaccionar con el cobre dando lugar a la producción de un nuevo sulfuro y agua, el CuS, conocido como covelina, o en el caso de Cu2S, se le conoce como calcocita, de característico color negro oscuro.

Con el cobre también se consigue la formación de distintas sales, sales de sulfato cúprico, que tienen colores en su mayoría verdes y azules. Las sales de cobre son muy comunes y ampliamente utilizadas en los ánodos que se usan en los coches como acumuladores de plomo.

Para limpiar las superficies de objetos de cobre se suele utilizar el ácido cítrico, pues éste disuelve al cobre, otorgándole un lustre al metal, al formar citrato de cobre.