Turbidez
La turbidez es un término que hace referencia a una medida, la cual nos indica el grado de falta de transparencia de un líquido, debido en gran medida, a la presencia de partículas que se encuentren en suspensión en dicho líquido. Así, cuanto mayor sea la cantidad de sólidos en suspensión presentes en un agua, mayor será la sensación de suciedad de esta, y por lo tanto, mayor será la turbidez. La turbidez por lo tanto, es una buena medida para predecir la calidad de las aguas.
Además de la presencia de partículas en suspensión, otros factores pueden contribuir a la turbidez del agua. Por ejemplo, la presencia de microorganismos, como bacterias y virus, también puede aumentar la turbidez. Del mismo modo, los productos químicos disueltos en el agua, como los metales pesados y los pesticidas, pueden contribuir a la turbidez.
Las causas por las cuales el agua puede presentar turbidez, son diversas, por ejemplo:
– La presencia en el agua de fitoplancton y algas.
– El acumulo de sedimentos cuyo origen es la erosión.
– Sedimentos que se encontraban en el fondo y que han sido resuspendidos.
– Mezcla de aguas con distintas procedencias.
– Presencia de microorganismos y productos químicos disueltos.
Las partículas que se encuentran suspendidas en el líquido o en el agua, tienen la capacidad de absorber la luz del sol, lo que implica que en muchos casos, las aguas con turbidez, presenten además una temperatura más elevada de la que cabría esperar, por lo cual, al elevarse la temperatura, se disminuye la concentración de oxígeno, el cual se disuelve con mayor facilidad en el caso de las aguas frías, por lo tanto, a menudo, disminuye también el número de organismos que son capaces de sobrevivir en dicha agua.
Otra de las consecuencias de una elevada turbidez, es que las partículas que se encuentran suspendidas en el líquido, hacen que la luz se disperse, lo que provoca que la actividad de fotosíntesis de las plantas y algas que en ella se encuentran, disminuya, hecho que contribuye aún más a bajar la concentración de oxígeno presente.
El principal problema que presenta un agua turbia, es el aspecto estético, pero sin embargo, es algo esencial hacer desaparecer la turbidez de un agua, con la finalidad de desinfectar de manera efectiva dicha agua, para uso y consumo. Lógicamente, dicho proceso comporta unos gastos extras, para tratar las aguas superficiales. Las partículas que se encuentran suspendidas, influyen en la adhesión de metales pesados, y otros compuestos de tipo orgánico que son tóxicos.
Para realizar la medición de la turbidez utilizamos los NTU, siglas que significan “Unidades Nefelométricas de Turbidez”. El aparato utilizado para las mediciones se conoce como nefelómetro, o en algunos casos, turbidímetro. Este es capaz de medir la intensidad que posee la luz que ha sido dispersada a unos 90 grados, cuando pasa por la muestra de agua a analizar, un rayo de luz.
Las unidades usadas antiguamente eran los JTU (unidades de Turbidez de Jackson), pero actualmente no se puede tomar como una medida estándar.
Cuando queremos medir la turbidez que presenta un lago, una practica muy utilizada es la del “disco secchi”. Dicho disco es de color blanco y negro, el cual se utiliza dejándolo caer dentro del agua, encontrándose atado por un extremo de su superficie. Cuando dejamos de ver el disco al sumergirlo, anotamos la profundidad, lo que nos permite tener una idea de la turbidez que presenta dicho lago.
Las medidas de turbidez también suelen ser utilizadas para realizar estimaciones de las concentraciones de TSS, es decir, sólidos totales que se encuentran en suspensión, que por lo general, de otra manera, sería bastante difícil de medir.
En cuanto al consumo humano de agua turbia, la Organización Mundial para la Salud (OMS), índica que no se debe superar en ningún caso una cantidad superior a 5 NTU, siendo ideal una medida por debajo de los valores de 1 NTU.
En las plantas de tratamientos de aguas para consumo de la población, existen sistemas filtrantes, que asegurar que la turbidez de las aguas no supere 1 NTU. Además, se utilizan coagulantes y floculantes para aglutinar las partículas en suspensión y facilitar su eliminación. En algunos casos, también se puede recurrir a la filtración por membranas o a la desinfección con luz ultravioleta para reducir la turbidez. Sin embargo, estos métodos pueden ser más costosos y requieren un mantenimiento más intensivo. Por lo tanto, es importante realizar un análisis coste-beneficio antes de decidir qué método de tratamiento utilizar.