Talio
El talio es el elemento químico que viene representado con el símbolo Tl, y de número atómico 81. Es considerado un metal de color gris, perteneciente al bloque p de los elementos. Es característica su maleabilidad, la cual recuerda al estaño, pero al contrario que este último, el talio se decolora al contacto con el aire. Es bastante tóxico, llegando a ser utilizado como insecticida, aunque en los últimos años ha dejado de utilizarse por sus efectos cancerígenos.
Entre sus características más destacables como ya hemos mencionado, se encuentran su maleabilidad y su poca dureza, lo que hace que pueda ser sencillo cortarlo con un cuchillo. Cuando se encuentra en contacto con el aire, éste pierde el brillo característico que le da el color metálico, y se torna a un color grisáceo azulado, similar al plomo.
Los estados de oxidación del talio son +1 y +3, al contrario del resto de los elementos de su grupo, donde sólo abunda el número de oxidación +3. El punto de fusión del talio es menor de lo que se espera, teniendo estado líquido en un gran intervalo. El número de oxidación más estable es el +1. El comportamiento químico del talio es análogo al del ión plata (1) y más al potasio (1). Por otra parte, y al igual que ocurre con el cadmio, el talio (1) compite con el zinc y el calcio.
El talio es un potente tóxico neurológico, cuya acción se manifiesta por parálisis progresiva, la cual llega a causar la muerte. Otros síntomas característicos, en las intoxicaciones crónicas por este ión, son alopecia y gastroenteritis.
El término talio procede del griego, y significa “retoño verde”, debido al característico brillo verdoso que presenta en la espectroscopía. Se descubrió a través de la espectroscopía en el año 1861.
Obtener talio presenta dificultades, pues éste se encuentra en muy pequeñas concentraciones formando parte de minerales. Se suele conseguir por lo general partiendo del plomo y del zinc en fundición, así como del barro que se consigue tras la formación del ácido sulfúrico. El metal talio se obtiene a través de electrólisis en disolución acuosa de sus respectivas sales.
Históricamente se utilizaba como exterminador de insectos o ratas, debido a que es un tóxico insípido y sin olor. Pero hace más de 40 años se prohibió su uso para estos fines debido a su gran toxicidad. También se llegaron a utilizar las sales de talio para tratar la dermatofitosis, o ciertas infecciones cutáneas, así como para eliminar el exceso de sudoración en enfermos de tuberculosis. Dichos usos fueron bastante limitados y rápidamente sustituidos por los avances en la industria farmacéutica.
En los cristales infrarrojos se han usado los cristales de bromuro de talio y de yoduro de talio, gracias a su dureza y trasmisión de ondas largas, dichos materiales se conocen con el nombre de KRS-5. Gracias al alto índice de refracción que presenta el óxido de talio, se utiliza para la fabricación de lentes en la óptica.
Tanto el talio como todos sus compuestos son de carácter tóxicos para los seres humanos. Cuando se encuentra en fundición debe tenerse especial cuidado para no ser inhalado ni en contacto con la piel, pues existen altas sospechas de que sea un elemento cancerígeno.
Mientras que el elemento talio en sí es muy poco usado como tal, son varios los compuestos del talio que tienen interés económico por sus aplicaciones, como por ejemplo el óxido de talio, que se usa para la fabricación de vidrios ópticos y gemas artificiales, o el sulfato de talio, extremadamente tóxico y que se usa para hacer raticidas.