Metales alcalinos
Todos los elementos químicos pertenecientes al grupo de los alcalinos, son metales de aspecto plateado brillante. Al igual que ocurre en los demás metales, éstos poseen una alta conductividad, tanto eléctrica como térmica. Pero, sin embargo, los elementos alcalinos, en otras circunstancias poseen aspectos que no poseen los metales comunes. Una de estas características poco comunes, es sin dudarlo la dureza, que en el caso de los metales alcalino es muy blanda, tornándose aún más blanda según bajamos en el grupo; de ésta manera, el litio puede llegar incluso a cortarse con un cuchillo, o el potasio, el cual se encuentra situado a mitad del grupo, puede tratarse como si de mantequilla se refiriese. La mayoría de los metales poseen puntos de fusión más bien altos, en cambio, los metales alcalinos, poseen puntos muy bajos en comparación con los demás metales, sobretodo al descender en el grupo.
Los metales alcalinos son aquellos elementos que podemos encontrar colocados en el primer grupo de la tabla periódica, empezando por el litio y finalizando con el francio; en el medio del grupo nos encontramos el sodio, potasio, rubidio y cesio. Estos elementos, poseen una configuración electrónica de ns1.
Si continuamos hablando de las características particulares de los metales alcalinos, debemos hablar también de su baja densidad. La gran mayoría de los metales poseen densidades de entre 5 y 15 gramos. cm^-3, pero en el caso de los metales alcalinos, dichas densidades son aún más bajas, llegando incluso, en el caso del litio, a ser la mitad de la densidad que tiene el agua. Contando con una densidad tan extremadamente baja, el litio podría ser el metal ideal para la fabricación de barcos, de manera que estos no se hundiesen, si no fuera por otra de sus características, que no es otra cosa que su gran reactividad química. Así, los metales alcalinos deben conservarse en aceite, pues al entrar en contacto con el aire se oxidan velozmente, así por ejemplo, el litio pasaría a ser óxido de litio, el cual reaccionaría a su vez con el dióxido de carbono, dando como resultado el carbonato de litio. Todos los metales alcalinos reaccionan con la mayoría de los elementos no metálicos.
Como todos los elementos del grupo uno son metálicos, poseen características comunes y comparten propiedades, como puede ser su carácter iónico. Los iones de estos metales poseen siempre el mismo número de oxidación, el cual corresponde a +1, siendo la gran parte de sus compuestos de tipo sólido, iónicos y estables. Los compuestos que forman suelen ser incoloros, menos cuando en su composición cuentan con un anión que da color, como puede ser el caso del cromato. A pesar de ser elementos bastante electropositivos, los enlaces que forman sus compuestos con los elementos no metálicos, poseen un cierto componente covalente.
La gran parte de los metales alcalinos son solubles en agua, aunque claro está, lo son en diferente grado. Así por ejemplo, una solución de tipo saturada de cloruro de litio, posee una concentración de 14 mol.L^-1, en cambio en una solución saturada de carbonato de litio, posee una concentración de tan sólo 0.18 mol.L^-1.
Además de las características mencionadas, los metales alcalinos son conocidos por sus llamativas reacciones con el agua. Al entrar en contacto con el agua, estos metales no solo se disuelven, sino que también liberan hidrógeno gaseoso y generan una solución alcalina. Por ejemplo, el sodio reacciona vigorosamente con el agua, produciendo hidróxido de sodio y liberando hidrógeno en forma de burbujas. Esta reacción es exotérmica, lo que significa que libera una cantidad considerable de calor, y en algunos casos, puede ser lo suficientemente intensa como para encender el hidrógeno liberado, resultando en una pequeña explosión.
Otra propiedad interesante de los metales alcalinos es su capacidad para formar aleaciones con otros metales. Estas aleaciones a menudo poseen propiedades únicas que las hacen útiles en diversas aplicaciones industriales. Por ejemplo, el sodio y el potasio pueden formar una aleación conocida como NaK, que es líquida a temperatura ambiente y se utiliza como refrigerante en algunos tipos de reactores nucleares debido a su alta conductividad térmica y baja viscosidad.
En términos de aplicaciones prácticas, los metales alcalinos tienen una amplia gama de usos. El litio, por ejemplo, es un componente esencial en las baterías de iones de litio, que son ampliamente utilizadas en dispositivos electrónicos portátiles como teléfonos móviles y computadoras portátiles debido a su alta densidad de energía y larga vida útil. El sodio, por otro lado, se utiliza en la fabricación de vidrio y en la producción de productos químicos como el peróxido de sodio y el hidróxido de sodio.
El potasio es crucial en la agricultura, ya que es un componente clave de muchos fertilizantes debido a su papel esencial en el crecimiento de las plantas. Los compuestos de potasio, como el cloruro de potasio, se utilizan para enriquecer el suelo y mejorar la productividad de los cultivos. Además, el cesio se utiliza en relojes atómicos, que son los dispositivos de medición del tiempo más precisos disponibles, y en la exploración geofísica para detectar minerales y petróleo.
En resumen, los metales alcalinos son un grupo fascinante de elementos con propiedades únicas y una amplia gama de aplicaciones prácticas, desde la tecnología de baterías hasta la agricultura y la industria química.