Química

Xenón

Publicado por Ángeles Méndez

Xenón, es el nombre que recibe el elemento químico perteneciente a los gases nombres, cuyo número atómico es 54, y viene representado por las letras Xe. Como el resto de los gases nobles de su familia, se sitúa en el grupo 18 de la Tabla periódica de los elementos químicos, y una de sus mayores características, al igual que sus compañeros de grupo, es la baja reactividad que presentan, además de encontrarse en estado de agregación gaseoso bajo condiciones normales. Sus compañeros de grupo son el Helio, neón, argón, kriptón y radón.

El xenón posee características que por lo general comparte con el resto de gases nombres, también conocidos como elementos inertes (como se conocía antiguamente a esta serie), y es que posee valencia cero, carece de olor y color, además el xenón es bastante pesado, y en la atmósfera de la Tierra podemos encontrarlo tan sólo a moso de pequeñas trazas. El xenón fue, de entre los gases nobles, el primer elemento en ser producido sintéticamente. El gas xenón encerrado en un recipiente, tras recibir descarga de tipo eléctrica, emite una coloración brillante de tono azul. Se ha conseguido obtener xenón de tipo metálico al aplicarle altas presiones. Este elemento químico también puede llegar a producir formación de clatratos, es decir, una sustancia química que consigue atrapar en su estructura a otra molécula distinta, en el caso del xenón, suele quedar rodeado de moléculas de oxígeno.

El uso más extendido para el xenón es como componente en la fabricación de productos que emiten luz, como pueden ser diferentes tipos de lámparas, flash en fotografía, láser, faros de vehículos, etc. También viene utilizado como anestésico general, es útil en centrales nucleares debido a su gran peso molecular, algunos de sus compuestos son oxidantes ampliamente utilizados en análisis químico, algunos de sus isótopos (concretamente Xenón-133), se emplea a modo de radioisótopo, en proyectores de cine son muy usadas las lámparas a base de xenón, o como propulsión de tipo iónica para su uso en satélites, entre otros muchos usos.

Además, el xenón tiene un papel relevante en la investigación científica. En física de partículas, se utiliza en los detectores de neutrinos y en la búsqueda de materia oscura. En medicina, el xenón-133 se utiliza en la imagenología por emisión de positrones (PET) y en la tomografía computarizada (TC) para visualizar el flujo sanguíneo en el cerebro. También se utiliza en la fabricación de láseres de xenón, que producen una luz de alta intensidad y son utilizados en la cirugía oftálmica y en la industria de la microelectrónica.

La denominación de Xenón, procede del griego, donde su significado es “extraño”. Este elemento químico fue descubierto por los científicos de origen escocés, William Ramsay y el inglés Morris Travers, en el año 1898, tras la evaporación de las sustancias que componían en aire en estado liquido. El xenón, como ya habíamos comentado, se encuentra presente a modo de trazas en nuestra atmósfera, además podemos encontrarlo de manera natural, emitido por los manantiales. Esta sustancia se puede producir de modo comercial a través de los residuos que se consiguen extraer del licuado del aire. El xenón-133 y 135, isótopos de este gas noble, se consiguen sintetizar a través de irradiar partículas de neutrones en los reactores de tipo nuclear. El xenón cuenta con un total de siete isótopos de tipo estable, pero se conocen más de 20 isótopos, de los que al menos dos son radiactivos.

El xenón tiene también usos medicinales, siendo usado como anestésico ya desde el año 1951. A pesar de ellos, no se usa mucho debido a su elevado coste para este fin, al no poder fabricarse de manera sintética sino se extrae de la composición del aire.

Este gas nombre puede almacenarse de manera segura, fácilmente en recipientes fabricados con vidrio. Hay que destacar que no es un elemento tóxico, pero alguno de sus compuestos si que lo son, debido a su alto poder oxidativo. Además, se ha demostrado que el xenón puede tener efectos biológicos, como la protección de las células del cerebro y del corazón contra el daño por isquemia, lo que ha llevado a su estudio como posible tratamiento en casos de accidente cerebrovascular y ataque cardíaco.