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La contaminación por compuestos orgánicos

Publicado por Ángeles Méndez

En la Tierra hay diferentes compuestos de origen inorgánico e orgánico, pero mientras que los compuestos inorgánicos al estar constituidos por sencillas moléculas, generalmente sus constituyentes no suelen desaparecer o cambiar, en el caso de los compuestos orgánicos, cuando se encuentran en la atmósfera, una vez liberados, tienden a oxidarse dando CO2 y agua. También existen casos en los que la sustancia se preserva y no cambia cuando se encuentra en ambientes pobres de oxígeno, como por ejemplo es el caso del petróleo o del carbón.

Aún sabiendo que se transformaban así, a partir de los años cuarenta se inició el uso de compuestos que poseían una gran estabilidad, lo que les hacía no degradarse tan fácilmente, esto provocaba que al ser introducidos en la atmosfera o en el medio ambiente, se convirtiesen en grandes contaminantes, lo que se ha llegado a conocer como , contaminantes persistentes.

La estabilidad de estos compuestos orgánicos, es debida a poseer átomos de cloro como sustituyentes, los cuales le confieren gran estabilidad química, pues al tener un gran volumen, éstos hacen que la molécula esté prácticamente cerrada y protegida contra un posible ataque que lo pueda oxidar.

La gran mayoría de este tipo de compuestos, fueron sintetizados e introducidos en el uso cotidiano como plaguicidas, siendo éste el caso de, por ejemplo, los insecticidas DDT, el lindano, aladrín, mirex, endrina, etc. En el caso del hexaclorobenceno, éste fue utilizado como fungicida, y todavía hoy se ve producido a modo de subproducto en la industria y fabricación de algunas sustancias disolventes orgánicos. En el caso de los PCB, o policlorobifenilos, éstos se sintetizaron con la finalidad de usarlos como dieléctricos para transformadores, aceites con gran estabilidad, retrasadores de llama, etc. Muchos de estos compuestos se fabricaron como productos puros, pero generalmente la misma producción y uso, favoreció las mezclas entre ellos, (como por ejemplo los toxafenos), dando de dicho modo, un número mayor de compuestos al medio ambiente.

En algunos casos, los compuestos daban lugar a la formación de productos diferentes, como es el caso de los DDT, que se transformaban en DDE, contribuyendo al aumento de contaminantes de tipo persistente en el ecosistema.

Son dignas de mención también sustancias como las dioxinas y los dibenzofuranos. Dichos compuestos no se fabrican, pero son generados gracias a otro tipo de procesos, como por ejemplo, la combustión de algunos materiales de tipo orgánico que posean átomos de cloro en su estructura (prácticamente cualquier mezcla posee alguna cantidad, por pequeña que sea de dicho elemento), o incluso en procesos de tipo industrial como en la industria del papel, en el blanqueamiento de éste.

Los hidrocarburos aromáticos policíclicos ( HAP), son un grupo de hidrocarburos que en su estructura no tienen átomos de cloro, pero están constituidos por anillos bencénicos que se encuentran fusionados, lo que les confiere gran estabilidad química, pues le confieren propiedades típicas que tienen los contaminantes de tipo persistente. Dichos productos, son producidos generalmente en la combustión (ya sea de automóviles, industrias térmicas, etc.).

Los compuestos orgánicos contaminantes de éste tipo suelen ser además, tóxicos, liposolubles y a menudo volátiles, lo que les permite viajar por la atmósfera, y acumularse en la cadena trófica, provocando efectos indeseables e incluso nocivos para diferentes organismos, aunque vivan alejados de la zona donde se produjo el contaminante en cuestión.

Es precisamente debido a esto que hoy en día, el uso la gran mayoría de compuestos de este tipo están totalmente prohibidos, como deja claro el acuerdo que firmaron los países europeos (Convenio de Estocolmo), en el cual se comprometen a reducir o incluso erradicar las distintas emisiones de compuestos orgánicos contaminantes, así como también, a investigar sobre los aspectos y efectos negativos de dichos compuestos sobre la salud, ya sea humano o del planeta en sí.

En poco más de 60 años después de la introducción y uso de ciertos compuestos orgánicos, se ha tenido que tomar medidas drásticas para intentar erradicarlos del uso debido a su potenciales y preocupantes, efectos negativos.

Cabe destacar, que dichos compuestos, no fueron creados o ideados con malicia, pues incluso al inventor de los DDT, le otorgaron el premio Nobel, consiguiendo ser una sustancia utilizada como insecticida bastante eficaz, llegando incluso a salvar vidas, al ser importante en la eliminación del mosquito que transmite la enfermedad de la malaria, así como también ha ayudado a salvar espacios de la naturaleza, pues en zonas pantanosas, y húmedas, donde se sabía que enfermedades como la malaria eran de tipo endémica, en los siglos XVIII, XIX, e incluso a principios del siglo XX, se pensaba que la única solución para erradicar dicho problema era secar estas zonas, lo que hubiese llevado consigo la perdida de dichas zonas de la naturaleza de manera irreversible.

El DDT, permitió que hoy en día podamos disfrutar de joyas de la naturaleza, e incluso de zonas que para nada pensamos hoy que pudiesen haber sido un foco de infección, pero que no lo son, simplemente gracias al uso en su día, de dicho insecticida.

El extendido uso del DDT por todo el mundo, ha hecho que éste entre a formar parte de las cadenas tróficas, encontrándose acumulado en la gran parte de los organismos de tipo superior, sin saber del todo cuales serán sus efectos. La prohibición de este compuesto, se llevó a cabo, cuando empezaron a darse casos de aves afectadas, en zonas que se habían tratado con dicha sustancia, llevando incluso casi a la exterminación de alguna especie, pero lo más alarmante fue encontrar grandes concentraciones del compuesto orgánico en zonas donde jamás se había utilizado, afectando a animales como los osos polares o las ballenas.

También muchos otros compuestos orgánicos, han provocado grandes intoxicaciones humanas, como por ejemplo el famoso caso del Kurdistán, cuando por el uso de trigo tratado con componentes químicos para su preservación, se produjeron innumerables casos de mortalidad, malformaciones, y enfermedades, llegando incluso tras este hecho a incluirse una nueva enfermedad en la medicina, la conocida como “porfiria túrcica”, debida a la exposición al contaminante e intoxicación ( en este caso por hexaclorobenceno). Sobra decir, que dicho compuesto hoy en día está totalmente prohibido.

Así, tanto la sociedad como los científicos tienen dos grandes retos en la actualidad al respecto de los compuestos orgánicos, y no son otros que, saber el impacto real que producen sobre los ecosistemas, y sobre nuestra salud.

Se están estudiando los procesos y mecanismo por los cuales dichos compuestos se distribuyen por todo el planeta e incluso se acumulan, así como las propiedades específicas, que de una manera u otra hacen que tengan estos comportamientos tan negativos, como por ejemplo que los contaminantes no se diluyan en muchos de los casos, sino que se cambien de un lugar a otro, cosa que no acaba con el problema.

Sin duda, la erradicación del problema y solucionar los daños provocados será uno de los retos más importantes de nuestro futuro.