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Química del revelado fotográfico

Publicado por Ángeles Méndez

En todo revelado fotográfico debe existir un agente revelador, el cual jugará le papel con mayor importancia en dicho proceso. El agente revelador es aquel que consigue transformar en metal plata, a toda la granulación de halógenos de plata que podemos encontrar en la suspensión en gel del material sensible, el cual debe haber sido expuesto con anterioridad a la luz, provocando una descomposición parcial de éste.

La descomposición que comentamos, se produce a través de un proceso de reducción química, que implica el paso de electrones desde la solución con halógenos de plata (bromuro de plata, junto a un electrón), produciéndose la plata metálica más un ión de dicho compuesto, es decir, bromuro. Los electrones que hacen falta en el proceso se consiguen gracias a los agentes reductores de tipo orgánico, como pueden ser por ejemplo el polifenol, la poliamina, o el aminotenol, entre otros. También hay que mencionar, que en las soluciones para realizar revelados químicos se presentan a menudo otros productos, como por ejemplo, el sulfito, el carbonato, etc., con la finalidad de conseguir retrasar la acción del revelado, realizar acción antiveladura o regular los contrastes en otros casos.

Una de las fórmulas clásicas de un revelado químico suele contener bromuro potásico, carbonato de sodio, sulfito sódico, además de los agentes anteriormente mencionados. Lógicamente, las proporciones de cada compuesto variarán y dependerán en gran medida del acabado o la aplicación que queramos realizar, por lo que podemos encontrar gran variedad de productos en el mercado.

En todo caso, lo anteriormente explicado es aplicable solamente a lo que se conoce como fotografía química, es decir, la fotografía tradicional, y no a la quizás más utilizada hoy en día, fotografía digital. La fotografía a la que hacemos referencia, basa sus procesos en la físico-química, con la finalidad de obtener imágenes.

Para conseguir imágenes fotográficas, se usa una película con contenido en halogenuro de plata, que será el compuesto químico sensible a la luz, dentro de una suspensión compuesta por gelatina en estado puro. Dependiendo de la cantidad y el tamaño del halogenuro de plata (en forma de cristales), presente en la película, se dirá que ésta será más o menos sensible. A esta sensibilidad también se la conoce como velocidad, la cual se suele presentar y determinar en grados, conocidos como ISO.

Cuando el objetivo de una cámara, por un brevísimo instante de tiempo, la luz que consigue entrar va a incidir sobre nuestra película, imprimiendo sobre ella una imagen, conocida con el nombre de imagen latente, la cual se descompondrá poco a poco a partir de este momento, hasta finalmente ser revelada. Así podemos decir, que la luz que entra por el objetivo hace que inicie un proceso de tipo físico-químico, provocando un punto concreto de sensibilidad en el compuesto de halogenuro de plata, consiguiendo la imagen latente que será posteriormente revelada al ser sumergida en el líquido revelador, siguiendo un proceso redox, que transformará al halogenuro de plata, en plata de tipo metálica y de color negro, lo que hará que la imagen sea visible (en blanco y negro). Así el proceso de revelado consta de unos cuatro pasos bien diferenciados, que son el revelado en sí, paro, el lavado de la fase, y el fijado. Así conseguimos una imagen en negativo, es decir una imagen donde los valores de la luz se encuentran invertidos si lo comparamos con el original. Cuando dicho negativo se encuentra seco, pueden realizarse copias de este sobre un papel o incluso sobre otra película diferente, con lo que conseguiremos lo que se conoce como diapositiva.